20 febrero, 2008

Hay que ser derecho en la vida


Me levanto de la cama, con el pie derecho porsupuesto, para comenzar un nuevo día. Como sufro con el frío nocturno duermo con la ventana cerrada, así que debo abrirla, lo que me cuesta un poco porque el pestillo se encuentra del lado derecho. Luego voy al baño a cepillarme los dientes, y golpeo mi codo en la pared, pues los arquitectos pensaron que sería mejor poner el lavamanos cerca de la manilla de la puerta. Llega a mi casa un pc nuevo y debo poner el mouse del otro lado y cambiar la configuración del click derecho con el izquierdo. Me preparo para salir y no sé porque todas las manillas y cerraduras tienen que estar a ese maldito lado, pero la puerta la abro ya con mayor facilidad que antes, porque uno termina por acostumbrarse.

Me encuentro con mi amiga que viene en su auto. Se baja y le tiendo la mano (derecha) para saludarla. Me convida a manejar hasta la universidad. Recuerdo lo que me costó aprender a manejar esos autos, ya que sentándose al lado izquierdo la mano poco hábil queda para la palanca de cambios, pero bueh, no fue tan complicado como regular la fuerza de mi pie derecho (también chungo) en el acelerador.

Ya en la universidad, mi primera clase. Comienzo a tomar apuntes y me pongo a pensar que nunca veo lo que voy escribiendo, ya que mi mano me tapa... Ya me quiero ir a casa, tomo el metro saco mi pase escolar del bolsillo y la coloco en el lector que se encuentra por el lado derecho y tomo el metro que avanza hacia la derecha de la estación con destino hacia mi hogar...

Llego a mi cama y me siento exhausta. Debe ser porque soy zurda y creo que la vida no pensó en mí al hacer las puertas.

1 comentario:

thaniel dijo...

Yo también soy zurdo, y me encabrona que todo está hecho para los derechos, puertas, utensilios, y todo..en fin..somos diferentes..

saludos.