03 marzo, 2010

Gótica


Me esperan en esa banca de los parques o las plazas. Casi nunca suceden cosas. Aunque una peste diezme una región de la India. Se cae la bolsa, un huracán en USA, un tsunami en Tailandia, hambruna en África, un terremoto en Chile. Así que me acerco a esa persona sentada esperando la nada, pero que me necesitaba. Pero casi nunca suceden cosas que sientas en tu interior, que merezcan el esfuerzo de vivir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nazco y muero cada día, soy parte de todo y de nada, te sientes tan bien y tan mal, te sientes enérgico pero fugaz, esa persona te entiende tan bien que aburre, es tan impredecible que cansa. La monotonía llama a menudo a mi puerta, por más que mi bipolaridad transciende mi ser y me haga ser tan efímero en sentimientos y placeres, me hundo en rutinas que me terminan por hacer pensar que todo es repetitivo. Le quito el velo a la vida, nada es bello, nada es verdad, todo lo escaso se pierde en un mar de posibilidades y matices que disminuyen el valor inicial. Las necesidades primitivas le dan dirección a mi camino. Pienso: tengo hambre, si tengo hambre, pero hambre de qué, de cosas, reflexionando y meditando llego a un nirvana supremo, donde das cuenta de que existen hambres múltiples dentro de un ser y que de allí emana el placer. El hambre es el eterno vacio que es imposible de llenar, vacio existencial dicen algunos, pero yo no les creo porque existencia es de ser y de estar, yo no estoy en ningún lado y ya no me importa estar donde quiera que este – si es que estoy. Ser o no ser, esa es la cuestión, ¿no?, quién sabe, lo que si sé, es que hoy tenía ganas de comerme un libro de Maquiavelo y lo hice con mucha cautela, sacio mi necesidad de aprender por un instante, pero como un vampiro soy difícil de saciar. Me dio sueño, hoy muero, mañana nazco, será otro día, tal vez me almuerce algo más carnal.

By Felip7